10 octubre 2014

Juro que no llueve por mi tristeza

7:37

Llueve.
A océanos.
Y juro que no es por mi tristeza.
Que le estoy echando huevos a la vida
y solo me falta aprender a darle la vuelta.
A la tortilla.

Puede que llueva por deslizamientos de las capas tectónicas del cielo
o porque el suelo esté pidiendo refuerzos
o porque estamos en octubre y separados
o por una aguja perdida en algún pajar.

O a lo mejor es por tu tristeza,
porque no has podido evitar contagiar
tu sonrisa de lágrimas al cielo.
Porque el cielo quiere imitarte.

No sé, es demasiado pronto para estar
pensándote.

11:23

Mi paraguas roto me sirve de salvavidas.
Madrid está tan bonita vestida de lluvia.
La poesía ha llegado a la calle, al suelo,
a la calzada,
a los pasos de cebra.
Mira:


En clase la poesía no se siente
igual.
He mandado un ejemplar de "Lo que cabe en tus pequeñas manos" a Sevilla.
Me he cruzado con la chica
de Correos
del pelo rosa
de esa sonrisa que
y nos hemos mirado
y ha sonreído
y ha abierto la boca
como para saludar

pero no.

Aunque ya la lluvia ha hecho su trabajo hoy.

16:13

Ya no llueve, pero todo está hecho agua. Los días de lluvia son días de poemas. Como este. O como este.

17:47

Voy a coger la guitarra
y a mirarme tutoriales de blues.
Que hace día de blues
y mis dedos piden cuerdas,
piden sangre.

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