26 noviembre 2013

"Poemas al director. 68 miradas críticas en tiempos de crisis", ya a la venta

Hace un año desde la Red Social de Poesía Soypoeta.com se propuso escribir un poema de carácter social y mandarlo a los directores de los principales periódicos españoles pidiendo que lo publicaran el día de Nochebuena o de Navidad. Así nació el proyecto poético social colaborativo "Poemas al director".

Muchos poetas participaron. Yo fui uno de ellos.

De ese proyecto surge ahora un libro, Poemas al director. 68 miradas críticas en tiempos de crisis. Este libro recopila poemas de 62 autores que participaron, a los que se han sumado seis poetas de reconocido prestigio como Inma Luna, Luis Eduardo Aute, Juan Carlos Mestre, Federico Mayor Zaragoza, Jesús Munarriz y Ángel Petisme, que quisieron participar de forma desinteresada. 

El libro cuenta con tres prólogos, de Federico Mayor Zaragoza, ex-Director General de la Unesco entre 1987 y 1999 y presidente de la Fundación Cultura de Paz; Fernando Berlín, Director de Radiocable.com; y Jose Manuel Caballol Bartolomé, Director General de RAIS Fundación.

Y es que todos los beneficios que se obtengan con la venta de este libro irán destinados a RAIS Fundación, una fundación que lucha contra la exclusión social.

El libro se presentará el próximo 23 de diciembre a las 19:30 horas en el salón de actos del Ateneo de Madrid (Calle Prado 21), con la intervención de Aute, Juan Carlos Mestre, Fernando Berlín, Inma Luna, Ángel Petisme, Guillermo Spottorno y Jose Manuel Caballol, director de RAIS Fundación.

Toda la información acerca del libro está en la web de Poemas al director.

Para mí es todo un honor y un privilegio poder formar parte de este proyecto, poder cambiar un poquito el mundo mediante una de las cosas que más me gustan: la poesía.

Mi participación en el libro como co-autor ha sido con mi poema Ella quiere ser feliz. Os lo dejo al final de esta entrada.

De momento os invito a que os paséis por la web de Poemas al director y a que compréis el libro en Bubok haciendo clic aquí. Os recuerdo que todos los beneficios irán destinados a RAIS Fundación.

Ella quiere ser feliz 
Dicen que el mundo está mal
y hay chicas que lloran de impotencia
por las noches en las calles de Madrid.

Que quieren mejorar el mundo por la paz,
que nada se soluciona utilizando la violencia,
que lo único que quieren es vivir.

Y vivir bien, y ser feliz.
Ella quiere ser feliz.

Dicen que el mundo está mal
y todo es culpa de nuestro egoísmo
que corrompe nuestras almas día a día.

Que el problema es que falta amor,
que estamos llenos de odio y no es lo mismo
no amar que dejar vivir.

Y vivir bien, y ser feliz.
Ella quiere ser feliz.

Dicen que el mundo está mal
y hay hombres que pegan a sus mujeres
y jóvenes que matan a sus padres.

Que el mundo necesita acabar con eso,
que hacen falta más parejas que se quieran
y más jóvenes que visiten a sus abuelos.

Para vivir bien, y ser feliz.
Ella quiere ser feliz.

Dicen que el mundo está mal
y hay hombres que viven a costa de otros
que sufren la corrupción y la avaricia.

Que hay que hacerles cambiar,
que en el fondo son iguales que nosotros,
que tienen que dejar el dinero que les vicia.

Cada uno vivirá bien, y será feliz.
Ella quiere ser feliz.

¡Un saludo!

16 noviembre 2013

Tus cervezas

Se ha hecho de noche
y después de las cervezas
al metro le faltan diez minutos para llevarme
a casa.

Me ha dado diez minutos de tregua
que aprovecho para sacar el móvil
y escribirte
esto.
No vas a leerlo.

Ya verás cómo cada día te gusta más la cerveza.
Algún día las cervezas llevarán tu nombre
y eso vale más que cualquier poema.

Algún día nos sumergiremos entre cervezas
y dejaremos de acordarnos de los recuerdos
y mis tonterías,
que son demasiadas y no vienen a cuento.

Y ese día
¿qué más dará lo que piensen?
Que nos tengan envidia,
que lloren y se extrañen.
Que elijan sostenernos la mirada.
Que se pierdan en miradas perdidas.
Que no dejen de mirar cómo arde el amor
en nuestros corazones cibernéticos.

Algún día alguien lo entenderá.

Hasta entonces
sigues siendo ese puto misterio
que quiero descubrir
a solas
y sin luces.

14 noviembre 2013

Madrid

He salido de la universidad y he ido a comprar un paquete de folios y eso era normal.

Luego no sé por qué he llegado hasta Tribunal y he empezado a fijarme en las cosas, en la gente.

Fuencarral está llena de basura pero está
bonita.

La gente es bonita.
Es raro que yo diga esto.
Pero es cierto.
Esa chica pelirroja que ha pasado de la mano de un skater. Él llevaba la tabla en la otra mano y he pensado que eso era estar de la mano de sus dos amores.

Me he cruzado con una chica que llevaba un sombrero y un jersey que se transparentaba
y con otra que llevaba el pelo azul y tenía un septum en la nariz.
Y he pensado que la gente es bonita.

Una pareja de punkis delante del mercado de Fuencarral.
Están de obras en la puerta.
Pasa gente bonita.
Esa señora mayor con su carrito de la compra,
esa chica que reparte folletos.

El chino de aspecto metrosexual que mete unas cajas en Glam.
Dos señores que se dan la mano
cerrando algún trato
delante de un local en venta.
Esa gente que sale a la calle para fumar
reivindicando que están vivos.

Como tú, Madrid.

Madrid está sucia,
pero está viva.

He llegado a Montera.
Pasaba gente en bici y he echado de menos a la mía.
Tengo muchas ganas de montarte, pequeña.
No te imaginas cuántas.

Hay gente bonita pero Sol está llena de basura.
Una plaza como tú no merece tanto daño.
He vuelto a Gran Vía y he bajado por la acera que estaba al sol.

Gran Vía es una de esas calles que enamoran
por su gente.
Por los que venden la lotería,
los repartidores de folletos,
los extranjeros,
asiáticos,
eslavos,
negros,
americanos del norte y del sur.

Gran Vía está triste con tanta basura acumulada por las aceras
pero he llegado a pensar que eso la hace bonita
de alguna manera.

Tantas latas de cerveza
por sus esquinas
resplandeciendo al sol.

Pasada la Chocita del Loro
he visto la calle vacía.
He parado en el semáforo y he pensado "¿Y la gente?".
Los semáforos.
Te paras ante un muñequito de luz roja que te incita a cruzar.
Los semáforos.
Otro día hablaré de sus colores.

El caso es que he pensado que la Gran Vía
por un momento
estaba vacía.
Pero no: es que estaba limpia.
Casi parecía que el suelo brillaba,
era una representación del estilo minimalista de las aceras.
A la izquierda, unas enormes bolsas de basura azules
eran como una medalla,
como un trofeo: "estoy limpia".

Al llegar a Plaza de España volvía a haber basura por los suelos. La Gran Vía termina en el número ochenta y seis. Ese número tiene algo de mágico,
no me preguntes qué.

Madrid está bonita porque su gente es
bonita.
Y ahora en el autobús vuelvo a mi casa
feliz con mis quinientos folios
y escribiendo sobre mi ciudad,
mi chica,
mi niña.

Estoy enamorado de ti, Madrid.

13 noviembre 2013

Se vende poeta

Yo no vine aquí a venderos mi poesía.
Porque las despedidas no se venden,
ni los sueños,
ni la melancolía,
ni las oportunidades perdidas
a tira y afloja,
ni los "te comería entera",
ni las palabras que me callo.

Como si pudiera algo de eso venderse.
Como si cupiera todo eso en un libro.

Ni las cervezas pueden venderse cuando se las considera poesía
y casi todas lo son.

Puedes maquetar un libro de poesía todo lo bonito que quieras,
currarte mucho la portada,
hacer tiradas de tres mil ejemplares
o una edición limitadísima de cinco ejemplares numerados.
Puedes hacerlo por tu cuenta o conseguir una editorial,
puedes poner precios miserables
o sajar al prójimo y su bolsillo.
Puedes vender si quieres esos trozos de papel
preciosa y precisamente superpuestos
y vender esas manchas de tinta y sangre que algunos llaman palabras.
Pero sólo venderás palabras.

Que si voy a andarme con rodeos daré una vuelta al mundo sobre mi cama.
No voy a venderos mi poesía:
voy a ayudaros a sentirla.

Porque todos podemos sentirla
(aunque no lo sepamos)
en infinidad de situaciones,
en vagones de metro,
en la basura que cubre las calles de Madrid,
en los ojos de un anciano que cruza la calle,
en el mendigo que pide a la puerta de la iglesia.

Los putos semáforos nos hablan de poesía con sus luces
y yo nunca he visto un semáforo a la venta.

Una vez pensé que compraba poesía cuando compraba un libro.
Lo leí una primera vez y, sí, fue bonito,
pero no fue nada.
Más tarde aprendí a leerlo,
a sentir la poesía sin palabras,
a navegar entre las olas de la vida
y sin pensar siquiera en tus ojos
ni en tus caderas.

No hay más poesía que la del ser humano.

Te vendería la poesía de mi cuerpo,
envolvería mis manos para regalo
y te daría un trocito de mis pensamientos.
Todo eso sería una tontería
y todos lo sabemos.
No hace falta que nos vendamos
ni que nos vendemos las heridas.
Es mejor regalar las heridas abiertas
y el corazón a flor de piel.

Nunca soñé con pensamientos.
No voy a engañarte,
todo lo que te dije sobre los poemas era puro postureo.
Las frases bonitas que tanto os gustan
solo son palabras que no pueden compararse con ningún abrazo.

Todos esos besos de los que escribo,
si no los sientes,
es como si no existieran.
Y ¿qué voy a saber yo de un beso?
¿Qué coño sabrán mis labios inexpertos?

Y os hablo de caricias cuando no he tocado ninguna espalda.
Y os cuento sensaciones que nunca sintieron estos dedos.

Sí, puede que sea un mentiroso.
Pero voy a venderos la poesía
porque eso sería engañarme a mí mismo.

Quizá os acabe vendiendo un libro más,
universos paralelos a este,
sentimientos que podrían existir en otros planetas donde yo sería un milagro.
Os venderé palabras de amores de fantasía,
que al fin y al cabo soy un escritor
de los que escriben para evadirse.
No importa que lo creáis o no.
Sólo serán fantasías,
y es lícito venderlas.

No voy a venderos poesía, no.
Voy a venderos Uni-versos limitados,
versos fantásticos,
mentiras profesionales.

Espero que lo entiendas tú también, querida.
Sobre todo tú,
que ni existes
ni sabes que estás escrita.

Quike D-B

02 noviembre 2013

Cosas que van pasando

Llevo ya unas semanas sin escribir en el blog y hoy -qué raro- me han entrado ganas de escribir algo. Lo que sea. Cualquier cosa. Esto. Nada más que esto. Así que aquí estoy, escribiendo.

A veces ocurren cosas interesantes, como que vas a la presentación de Pulsaciones, de Javier Ruescas y Francesc Miralles y a la gente le gusta tu camiseta. Luego, tras un abrumador éxito de dicha camiseta en Facebook, Francesc Miralles te anima a venderla por internet. Y entonces surge esto:

Estás demasiado guapa leyendo este poema camiseta

También a veces retomas proyectos que dejaste de lado hace meses y... ¡los terminas! Es el caso de Uni-versos (Poemas de un universitario), el que va a ser mi segundo libro de poemas. Hace nada terminé de recopilar y ordenar todos los poemas y estoy bastante contento con el resultado. Ya me he puesto en marcha para contar con la colaboración de unos cuantos amigos en el epílogo del libro y a ver si consigo que del prólogo se encargue uno de mis poetas actuales favoritos. Os iré contando, aunque de momento lo único que os puedo decir es que creo que optaré por la autoedición (otra vez) y que intentaré hacer alguna presentación del libro en Madrid y distribuir ejemplares por librerías. Es un proceso lento, aún falta mucho. Todavía no tengo portada ni ISBN ni prólogo ni las colaboraciones del epílogo ni Depósito legal, pero ya tengo los poemas en sí (que es lo más importante) y he encontrado una imprenta.

Y nada, que es fin de semana, que ya estamos en noviembre y que debo estudiar más y dejarme de tonterías. Pero ya sabéis cómo soy: cuanto menos tiempo falta para los exámenes, más proyectos surgen en mi cabeza.