29 diciembre 2017

Hasta nunca, 2017


Se va el 2017, y como intento hacer todos los años, quiero hacer un recorrido de lo que ha pasado este año en mi vida y lo que puedo aprender de ello.

Este 2017 ha sido muy intenso y en gran parte ha sido difícil, no voy a mentir. Para qué mentir, si es mi blog y no me lee nadie. Para qué mentir, si en realidad quiero escribir sólo para mí mismo. Menudo año ha sido este. Tres trabajos, dos casas y poco que se me haya quedado en la mente. Mucho dolor, por desgracia. Porque hay muchas cosas que me cuestan. Pero he sabido pedir ayuda a tiempo y, por suerte, termino el año muchísimo mejor que como lo empecé.

También he ido al FIB, y este año, aunque lo he disfrutado, no ha sido tan bueno. Ha estado cargado de un intento de disfrutar calmadamente la música, cosa difícil en un festival de tal envergadura. Pero el resto del verano, a pesar de que gran parte la pasé en Madrid, fue muy guay.

He escrito, sí, y tengo la enorme alegría de haber terminado Hasta que la muerte nos reúna. Qué le deparará a ese libro aún no lo sé. Lo que sí sé es que mis versos han cambiado, que no escribo igual que lo hacía hace un par de años y que cada vez mi poesía se ha tornado más oscura y tenebrosa porque así ha estado mi mente, así ha estado mi corazón. Lleno de tinieblas.

He leído mucho, no voy a negarlo. He superado con creces mi reto de 30 libros que me propuse en Goodreads, por lo que he conseguido leer una media de tres libros al mes. No está nada mal. A ver si para el año que viene, el 2018, me propongo leer 50. Me parece muy complicado, pero creo que podría hacerlo: sólo es cuestión de organizarse el tiempo.

He seguido haciendo meditación. O quizá lo he retomado.

Este año he conocido a gente maravillosa que me ha llenado la vida de alegría, cuando he estado en el pozo más profundo y oscuro que podáis imaginar. He forjado y afianzado también una amistad que brotaba a principios de año y que es ahora el árbol más fuerte del bosque. Puedo decir sin miedo a equivocarme que mi mejor amiga es la mejor amiga del mundo.

He trabajado en una empresa de música genial a la que he visto tener que cerrar, he formado parte de un proyecto empresarial de biotecnología y, después de unos meses buscando trabajo, estoy trabajando para una multinacional de comercio en internet. He crecido como profesional y como persona, y estoy muy contento con el camino que he llevado. Ya veremos qué me depara el futuro. No quiero parar de crecer.

Me doy cuenta ahora de lo mucho (muchísimo) que he escrito en este blog a lo largo de los ya más de cinco años que tiene. Tantos poemas, tantas reflexiones y tanto contaros mi vida. Y cada año voy escribiendo menos aquí. También estoy usando cada vez menos mis redes sociales. Supongo que se deberá a que estoy dedicando mi vida a hacer otras cosas, pero ahora me da rabia. A ver si en 2018 me pongo de nuevo las pilas para contar por aquí mi vida, porque mirad la diferencia (aunque son con este ya 11 los posts de 2017):
Tener un blog personal mola si lo tienes actualizado, y escribir tan poco este año me da pena. También es cierto que parece que estoy abandonando otros de mis proyectos, aunque no sea así. En Indielocura he escrito sólo 20 posts este año. Mirad lo que escribí en años anteriores:
La diferencia es abismal, y como podéis ver, también ha ido decreciendo el tiempo que le dedicaba. No sé, sigo escuchando música, lo juro, pero algo hay en mí que no me da las ganas de seguir publicando en el blog de música. En Bibliolocura, en cambio, la cosa ha mejorado este año:
Como dije antes, este año he leído mucho, y sí he querido compartir mis lecturas. No como con las pelis que he visto, porque os aseguro que este año me he empapado de cine y, sin embargo, no he escrito prácticamente nada en Filmolocura:
No quiero abandonar estos proyectos. Quiero seguir con ellos, y seguir escribiendo, y seguir haciendo música, y seguir creando y creyendo en mí, y creciendo y viviendo. Intentaré manteneros al tanto de todo lo que voy haciendo. Pero no prometo nada.

Gracias, 2017, por haberme hecho crecer. Seguimos el camino el año que viene. Espero que sea a vuestro lado. Hasta nunca, hasta siempre.

_______________________
Adiós, 2016
Se va el 2015
Adiós, 2014, adiós

21 noviembre 2017

«Hasta que la muerte nos reúna», nuevo libro

Han pasado más de dos años desde que publiqué Uni-versos y no he parado de escribir. Algunos poemas los he ido subiendo al blog, otros los he guardado para una ocasión especial. Esta ocasión. Amigas, amigos, amigues, tengo una buena (o mala) noticia que daros: tengo nuevo libro. Se titulará Hasta que la muerte nos reúna y tengo el honor y el placer maravilloso de poder haberlo escrito a medias con mi queridísima Julia González.

Posible idea de portada

Se trata de un libro de poemas con oscuridad y luz, con luces y sombras, con bombillas y negras esquinas. Con ángeles y demonios, con bellas personas y monstruos. Con sentimiento, mucho sentimiento. Qué otra cosa puedo dar yo. Es también una historia de amor, de una amor que parece imposible.

Actualmente estamos buscando editorial, por si pudiera darse la suerte de que alguien quisiera publicar el libro. Si no lo conseguimos, volveré a optar por la autoedición. Si tienes una editorial o conoces a alguien que edite y tal y cual y le pueda interesar que Julia y yo estemos en su línea editorial, estoy abierto a recibir correos en quikedb@gmail.com las 24 horas del día, 7 días a la semana todos los días del año. Luego ya los leeré cuando pueda.

Estoy muy emocionado. Feliz. Qué ganas de que leáis esta nueva pequeña preciosidad que hemos hecho.

Sed felices. Y que lo parezca.

26 octubre 2017

Por qué no soporto las novelas románticas (aunque a veces me las trague como un hambriento)

No me gusta la narrativa romántica. No la soporto. No puedo con el romance ni con las novedades de la sección romántica de las editoriales. No aguanto el amor de otros pero, sin embargo, lo necesito para poder creer.

01 septiembre 2017

Soy minoría


No vengo a quejarme por ser minoría,
pero sabed que ojalá no lo fuera.

Soy minoría cuando busco el bien del otro,
cuando espero antes de precipitarme al vacío incierto,
cuando pregunto antes de dar algo por hecho,
soy minoría cuando intento ser sincero.

Soy minoría cuando te hablo de amor y no sexo,
cuando intento mejorar si me equivoco,
cuando pido perdón porque de verdad lo siento,
soy minoría cuando antes de hablar, pienso.

Soy minoría cuando miró más allá,
cuando busco otro camino,
cuando intento entender a los demás,
soy minoría cuando busco en cada persona la verdad.

Soy minoría cuando me importan los sentimientos,
cuando intento ayudarte aunque me cueste,
cuando me olvido de mí para pensar en el resto,
soy minoría cuando digo la verdad. No miento.

Pero es que nosotros, todos, somos minoría
y ojalá no lo fuéramos,
ojala saliéramos a la calle
y todos fueran parte de esto.

Soy minoría. También vosotros.
Ojalá no lo fuéramos.

19 agosto 2017

«Felicidad es maravillarse, felicidad es soñar»


Lo dice Edgar Allan Poe en su relato Morella. Y yo quiero ser feliz: quiero soñar, maravillarme. No sé si lo estoy haciendo bien. A veces vivo pesadillas. Dentro de mi cabeza, sí, pero despierto. Dicen algunos rumores que Poe se suicidó por depresión. He querido escribir «qué suerte», pero mejor no lo escribo. La vida y la muerte sólo se ven distintas desde cada uno de los puntos de vista, no desde el filo. No desde el límite.

Hay una carta en el buzón que dice que si te cortas un brazo y consigues no desangrarte te regalan un millón de euros. ¿Cuánto vale tu brazo? ¿Cuánto podrías arriesgar por dinero? ¿La vida? El sobre no va dirigido a ti. Va dirigido a tu pareja. Te dejó hace tres meses y te abandonó. Ahora vives sin querer vivir y no dejas de beber. Todas las noches, cuando vuelves a casa de tu trabajo de mierda a media jornada por el que cobras quinientos pavos. Te da para pagar el alquiler y para comprar alcohol barato. A veces compras también algo para comer, porque digamos que el cuerpo lo necesita, aunque tú no te des cuenta.

Quieres maravillarte, quieres soñar, y recurres a las drogas: es la vía fácil. Lo tienes todo controlado: setas, hierba, tripi, emedemeá, coca... Pero todo en su dosis adecuada, no hay que pasarse. Estás en el sótano de la casa de tus padres. Tienes 17 años y toda la vida por delante. Te fumas un porro que te sabe tan bien y te sube tan fácilmente (porque no has comido nada en todo el día y son las ocho de la tarde) que empiezas a volar. No te das cuenta de cuándo te terminas el porro, pero de pronto te encuentras en el suelo, con la mente maravillada, mirando la colilla como si fuera lo más precioso que has visto jamás. A duras penas te levantas y vas a la vieja mesa. Te haces una raya. Preparas la nariz y te das un viaje. Sientes que te caes al suelo, pero te mantienes en pie sin saber cómo. Empiezas a reír, aunque nada te hace gracia. Pasan las horas y no sabes lo que has estado haciendo, pero tampoco parece que hayas hecho mucho. Ya no está el cuadro de tu madre en la pared, pero no te preocupa demasiado. Quieres probar el LSD, pero te dices que vas demasiado hasta arriba y que te puede sentar mal, así que vas a por las setas. Piensas en Edgar Allan Poe. Piensas en tu soledad y en tu mierda de trabajo. De pronto no estás en casa de tus padres porque no tienes 17 años, sino que vuelves a tener tu edad y estás sobre el váter de tu baño, con un charco de vómito a tu alrededor. Huele mal.

Se enciende la luz y despiertas de golpe. Un grito ensordecedor suena a tu alrededor y miras a todas partes. Necesitas que pare, pero no sabes que está dentro de tu cabeza. Saltas de la cama y corres en pelotas por la habitación buscando de dónde procede ese horrible grito. No debería haber nadie gritando porque no hay nadie en casa. No hay nadie. No estás tú.

El centro psiquiátrico no abre sus puertas los domingos, por favor, vengan a comprar sus entradas mañana. Tenemos un dos por uno si compran las entradas por internet y los menores de 12 años entran gratis. Es obligatorio que vengan acompañados de su mascota o su tutor legal.

Son las tres de la mañana y no tienes nombre. Sabes que no tienes nombre, pero no sabes por qué. Recuerdas cuál era tu nombre, pero sabes a ciencia cierta que ahora ya no lo tienes. Intentas llamarte, pero no sabes cómo. ¿Mary? ¿Edgar? Nadie contesta. Por lo menos ya no hay ningún grito en tu cabeza. No estás ya en soledad, están contigo los fantasmas. Los fantasmas con los que llevas toda la vida hablando. Esa amiga imaginaria a la que acabaste matando por envidia, ese amigo imaginario que se voló los sesos con una pistola imaginaria mientras tú estabas en la ducha y no le prestabas atención. Esos y todos los demás fantasmas te acompañan. Silencio. No tienes nombre, pero sigues conservando la vida.

Suena Beethoven. Te gusta la música. Te preguntas si te gusta la música. Te preguntas si te gusta respirar. Tienes hambre, pero no tienes comida. Piensas en comerte los dedos. Hace un frío horrible en esta montaña. Nadie va a venir a rescatarte. Piensas que si empiezas por los de los pies, que se te congelarán los primeros, podrás aguantar un par de días más. Quizá ya estés en la tumba y esto lo estés soñando. Quizá te han enterrado con vida.

Nadie que se haya suicidado ha demostrado arrepentimiento después. Sólo se han arrepentido los que no lo han logrado: los fracasados. Has venido a maravillarte, has venido a soñar.

Ha llegado a su destino, se oye por los altavoces. Le damos la bienvenida a FELICIDAD.

02 junio 2017

Cómo ser un creador de contenido online


Me llamaron Creador de contenido y me pidieron que creara contenido. Eso era, ni más ni menos, lo que tenía que hacer: crear contenido. Pero ¿cómo se crea contenido? ¿Qué es crear? ¿Qué tipo de contenido se crea?
El contenido no se crea ni se destruye, se contiene. Lo dice su propio nombre. Es evidente. Entonces, crear contenido es crear algo que se contiene. Algo que contiene una web. Es, al fin y al cabo, rellenar. Me dijeron, por tanto, que rellenara webs.
Imagina un mundo vacío, desértico, donde no hay nada. No hay ni siquiera horizonte. Ni cielo ni suelo: nada. Eso es la web vacía. Una web sin contenido. Es raro que alguien quiera estar ahí, pues se aburrirá con total seguridad. No puedes hacer nada. Diréis que para los vagos es un buen lugar, pero os equivocaréis. No se puede ni dormir en un sitio donde no hay nada. 
Aquí aparezco yo entonces, como una mano invisible que pudo aparecer por la cabeza de un tal Adam Smith. Aparezco yo sobre la nada, bajo la nada, entre la nada, a los lados de la nada. No hay nada más que yo, el creador de contenido. La web ya no es sólo una web: ahora tiene un creador de contenido que la rellene, para ser contenedora de algo: de contenido.
Entonces decido el negro como fondo, y es que aparece una paleta de colores. Y elijo el negro, negro noche, negro muerte, negro como mi pequeño corazoncito. Negro como mi alma. Ups, qué estás haciendo. Estoy creando contenido. Conteniendo el negro en esta nueva web. Pero queda un negro aburrido, solo negro, triste negro. Hace falta algo más. Algo divertido. Algún animal. Y como el homo sapiens está muy visto, añadamos un mono. Vamos a añadir también una cuerda. El mono se pone a saltar a la comba, y ya hemos creado contenido que vale la pena, porque un mono que salta a la comba es algo que se puede contener en una web. No se puede poseer, o no se debe, dado que no estoy a favor de la posesión de animales. Son libres, o deberían serlo, y no debemos sentirnos superiores a ellos. Un mono salta a la comba por decisión propia en nuestra web. Ya tenemos contenido y no podemos estar más contentos. Añadimos una barra superior en la web, es más contenido, es contenido para contener, un contenedor de páginas, un menú. Como el de tu restaurante vegano favorito. El mono ya no salta a la comba. Le has dejado de prestar atención y no sabías que era un mono depresivo y con tendencias suicidas. Necesitaba terapia, pero nunca quiso decírselo a nadie. Ahora su cadáver cuelga inerte de la cuerda, balanceándose un poco. Se ha ahorcado. Hay cosas peores, no te preocupes. La vida para él quizá lo fuera. Ser contenido no es fácil. Tener una barra superior tiene sus peligros.
El cadáver del mono cuelga y también lo empiezan a hacer palabras, sueltas, que se deslizan lateralmente, horizontan nuestra visión del contenedor y se debilitan lentamente hasta quedarse sin energía: no tienen suficiente glucosa y pueden morirse al marearse, quedar en coma. Hipoglucemia. Cuerpos cetónicos. Hemoglobina. VCM (volumen celular medio o volumen corpuscular medio). La muerte es un concepto básico en el que influyen diversos factores. Un mono muerto, una vena obstruida, una vida limitada: todo es contenido.
He venido aquí a dar cobijo. A cuidar algo que no deseo, a proteger lo sucio, a salvar una especie que es la mía y que es terror. Únete al VHEMT. Vehement. Vehemente. Del lat. vehĕmens, -entis. 1. adj. Que tiene una fuerza impetuosa. Deja de tener hijos, no perpetúes esta especie que sólo mata. 2. adj. Ardiente y lleno de pasión. Ten pasión ardiente pero antes protégete de la reproducción. O no tengas esa pasión veneno. Cáncer. SIDA. Contenido. 3. adj. Dicho de una persona: Que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos. Para. Respira. Reflexiona. Tú no mereces esto.
Cobijo a los que no lo merecen, muerte para los débiles; ¿es eso lo que queremos?
Somos una web negra en la que cuelga el cadáver de una humanidad suicida. Somos un bote de pastillas para dormir, la tráquea obstruida de un ahogado, somos un matadero lleno de música pop comercial japonesa.
¿Qué es crear? ¿Quién eres tú para preguntarlo? La lucha nunca será la solución, El amor es difícil de encontrar y te conformas con copias baratas. Falsificaciones. Mentiras. Y sigues llorando. Aparece una luz en el negro de esta web. Aparece el color. Siempre hay espacio para el color. Movimiento. Imagen, todo es contenido si se puede contener. Un vídeo de YouTube. Una canción en mp3, tu grupo ruso favorito de primeros de los años dos mil. Una foto de tu mascota, aunque sea una piedra. La quieres. Nombre, biografía, foto de perfil. Una noticia de cualquier periódico. Un periódico online para los magos y brujas que estudian en Hogwarts. La cuenta de tu banco. Todo es contenido, todo es baldío, todo es pasado.
No somos una película romántica porque no existimos y, aún así, seguimos doliendo por dentro. El cadáver en descomposición de este mono que es la vida cuelga de una tensa cuerda en nuestra web. Ya sabes cómo ser creador de contenido. Ahora, simplemente, vuelve a tu madriguera y púdrete entre tus desgracias. No merece la pena seguir luchando. No hay esperanza.

28 abril 2017

El nuevo pop comercial de Paramore

Resulta que aunque parecía que no, Paramore ha vuelto. Hayley Williams, Taylor York y Zac Farro (sí, Zac vuelve a la batería) sacan nuevo disco el próximo 12 de mayo. Se llamará After Laughter y me da mucho miedo. Me da miedo porque ya han sacado el single, Hard Times, y no me termina de gustar lo que están haciendo. Ya en el disco homónimo se veía una clara evolución de la banda, alejándose del sonido más punk hacia el lado más pop alternativo, pero molaba. Porque era ecléctico y experimental y porque todavía quedaba algo de esa esencia de los primeros discos.

Hasta ahora.

Lo que escuchamos en Hard Times es un hit pop comercial que bien le podría salir a cualquier grupo de moda. Es una buena canción, tengo que admitirlo. Y me gusta. Sin embargo, ya no veo a Paramore en ese sonido. No veo el Paramore pop-punkero de antaño. Y me da rabia.

Dicen que quien no evoluciona muere. Estoy contento de que Paramore venga con disco nuevo, y tengo interés en ver qué han hecho con el resto de canciones de After Laughter. Según lo que me parezcan, estaré feliz con la evolución o disgustado porque no supieron morir a tiempo. El tiempo (y las canciones) lo dirán.

Mientras esperamos a la salida del disco (que probablemente acabe comprando, con que una canción me recuerde al Paramore de antes), aquí os dejo el tema de Hard Times y debajo una entrevista bastante actual a Hayley donde cuenta cosillas muy interesantes.






¡Un saludo!

25 abril 2017

¿Qué camino seguir cuando no hay ningún camino?

La vida es un viaje en tren y a veces pisamos estaciones.
La vida es un árbol largo y podemos posarnos en sus ramas a medida que ascendemos por su tronco.
La vida es un ciempiés y nos ayudamos con cada uno de ellos para seguir avanzando. Seguir avanzando. Seguir avanzando.
La vida es el camino de tierra de un cementerio. Morimos en cada una de las tumbas con las que nos cruzamos. Pero siempre permanecemos. Siempre permanecemos.
Permanezco pero avanzo, no puedo detenerme.
Nada puede detenerme.
He perdido el control y no puedo parar, apártate de mi camino.
Yo no quiero hacerte daño pero no sé cómo evitarlo.
La vida es la vida es la vida.
Dejar la mente volar y llorar y reír es a veces tan parecido. Tan difícil. Tan te quiero que se esconde detrás de vete de aquí que no te quiero doler.
Los sentidos asustan más que los monstruos.
Abrazo todas las noches un monstruo de peluche de espinas.
¿Cómo podemos detenernos si no tenemos el control, si no sabemos siquiera cómo empezó a rodar? Somos una película que no llega a Crepúsculo cuando aspirábamos a ser algo de Tim Burton.
Nos brilla la muerte. Nos deja ciegos.
Permanecemos porque no sabemos si queremos irnos. Permanecemos porque siempre nos estamos yendo. Esperábamos que nos mataran los dedos de Bram Stoker pero dejó de escribir.
Todo fluye, como la sangre que cae por un desfiladero de piel de muerte, dulce, letal.
Todo fluye y sin embargo estamos colapsados y no sabemos nada. No tenemos el cuchillo agarrado por el mango, nos estamos cortando las manos con este filo de hielo de lágrimas.
Todo esto son sólo palabras. Sólo palabras.
Palabras que discurren por las aceras de una ciudad en ruinas, palabras que son fango y ceniza, palabras que no se pueden sostener a sí mismas.
Todo esto es lluvia que cae, nos cala, y se va. Nos evaporamos.
No puedo parar pero permanezco pero siento y no quiero sentir.
Sentirse estancado en un mundo que no deja de girar y girar, dejarse llevar sin controlar nada, brotar de la tierra porque se extravió una semilla. Ser el árbol diferente. No encajo.
No sé quién soy qué quiero ser dentro de cinco años qué estoy haciendo con mi vida.
Avanzo porque el mundo avanza. Caigo por la inercia, estoy siempre rodando por el suelo, clavándome los cristales.
Veo una línea en el suelo y creo que es por donde debo seguir, pero voy dando tumbos, todo gira, todo es blanco y negro. Suenan canciones de la adolescencia.
Si no sé dónde estoy ni cómo he llegado aquí, cómo voy a saber adónde ir. Cómo querer seguir.

17 marzo 2017

La dificultad de montar un negocio en España

Este país es una vergüenza a la hora de ayudarte a montar un negocio. Son todo trabas y complicaciones que no ayudan en absoluto a desarrollar una nueva empresa. Lo admito: estoy muy cabreado y todo lo que salga aquí puede ser sólo fruto de la frustración y el enfado en caliente. Y qué.

En primer lugar, dependiendo de cada tipo de negocio, se necesitan miles de permisos y mierdas que hacen que sea todo complicadísimo. En mi caso, era necesario que obtuviera, además de las licencias de higiene y salud, un certificado de manipulador de alimentos, tal y como estipulan el puto Reglamento (CE) 852/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo de 29 de abril de 2004 relativo a la higiene de los productos alimenticios y el jodido Real Decreto 109/2010, de 5 de febrero, por el que se modifican diversos reales decretos en materia sanitaria para su adaptación a la Ley 17/2009, de 23 de noviembre, sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio y a la Ley 25/2009, de 22 de diciembre, de modificación de diversas leyes para su adaptación a la Ley sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio.

La movida, hacer un examen, pasarlo y pagar las tasas. Bien. Luego, ya con la idea de negocio totalmente preparada, con un modelo de negocio férreo y consistente, con el posiblemente mejor business plan de la historia de todas las jodidas empresas de este puto universo, formalización de la empresa. Un caos de cojones, la verdad (aunque al parecer antes era una movida mucho peor). Total: primero la administración con Hacienda. Papeles y más papeles sobre el alta en el IVA, el AIE, la declaración censal, una declaración previa al inicio de operaciones y conseguir, por fin, ese puto numerito que hace de tu empresa una empresa: el CIF.

La inscripción en el Registro Mercantil: otro lío de narices. Había problemas con el nombre de mi sociedad. La razón social de la misma no le gustaba al tío del Registro, vaya. Pollas S.L. No era un nombre que estuviera registrado. Ninguna empresa en España se llama así. Teóricamente, ese podía ser el nombre de la empresa de mi nuevo negocio. Pero no, resulta que al señorito de los cojones no le da la puta gana darme el visto bueno. Que la razón social no se corresponde con la actividad de la empresa y que según no-sé-qué ley, no se puede denominar a una empresa con un nombre malsonante. No veo qué tengan de malsonante los pollos hembra. Pero vale que era para una empresa de helados. Unos helados geniales: yogur helado con forma de pollo. Y vegano, además.

Después de mucho discutir, me voy del Registro sin la constitución de la sociedad. Bueno, pasadas las semanas decido que la empresa se llame HELADOS DE POLLO S.L. y voy al banco, al Registro, más papeleos, Seguridad Social... Hay miles de cosas, es todo una locura.

El alquiler del local lo tenía ya claro. Había apalabrado ya un local pequeñito en Chueca, que había sido ya de otra heladería que pertenecía a una cadena de heladerías. Así que tenía el material y todo listo. Pero bueno, necesitaba registrar la marca. Y, como no podía ser de otra manera, el mismo problema que me dieron en el Registro Mercantil me lo dieron en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Fueron tres semanas de intentarlo, hablar con abogados para que me asesoraran (tengo buenos amigos abogados) y finalmente conseguí el nombre de mi marca: pollas. También registré el logotipo:


El punto era necesario. Si Tumblr lo tiene, mi marca también. No es por ninguna marca de yogur helado. Que conste. Así que parecía que ya estaba todo listo para empezar, de una vez, con la actividad empresarial. Pero no todo es tan bonito como parece. De hecho, todo es una puta mierda en este jodido país de inútiles.

Primero: todo mi material promocional (carteles, flyers, una lona para la pared del local, vinilos para el escaparate y los menús) llegaron tarde y con desperfectos. Al parecer, el color naranja de mi marca no se lleva bien con las impresoras del suministrador. Me salen de color rosa, como una marca de la competencia. Smöuy es rosa, Laollao es verde y Pollas naranja. No podía creerlo. Total: perdemos otro mes para la apertura del negocio, y más pasta que pierdo porque hubo parte del material del que no quisieron devolverme el dinero. Buscar otro proveedor y que hicieran las cosas bien fueron otras dos semanas perdidas.

Mis proveedores de las materias primas, sin embargo, trabajaron todos como auténticos profesionales y no tengo nada que reprochar. Estoy muy contento y seguiré trabajando con ellos.

Finalmente, ya está todo preparado para la apertura de Pollas, en la C/ Pérez Galdós, 15, en la zona de Chueca, el próximo 1 de mayo. He preferido darme el mes de abril de margen para posibles imprevistos. La heladera funciona perfectamente. Los moldes de forma de pollo también. Todo está listo. Estoy preparando una campaña de marketing importante, tanto de guerrilla por la zona como en redes sociales. He contactado con medios especializados en helados para que hablen de Pollas en los próximos días. 

El 1 de mayo, señoras y señores, será una fiesta. Bienvenidos a mi nuevo proyecto. ¿Queréis un helado?

(Este texto es un relato de ficción. Nada de lo escrito en él debe considerarse en serio.)

09 marzo 2017

Malasajam: 14 de marzo

¡Hola a todas y todos!


El próximo martes, 14 de marzo de 2017, estaré como poeta invitado en Malasajam, la jam session de poesía que organiza Carlos Guerrero en Obsoleto bar (aquí un mapa) todos los martes. Intento pasarme por ahí siempre que puedo y es todo un honor poder formar parte del elenco de invitados que han pasado ya por ahí. No puedo menos que agradecerle a Guerrero que haya querido contar conmigo.

Recitaré algo de Uni-versos, pero como ya me parece que es cosa del pasado, me entregaré a vosotros sobre todo con poemas nuevos, algunos de los cuales aún no he enseñado a nadie.

Será a las 21:00h en el número 28 de la calle San Vicente Ferrer, en Malasaña, entrada gratuita (pero consumid algo, ratas) y después del minirecital habrá jam, por supuesto, así que estáis invitadísimos a recitar o cantar (o lo que queráis) algo. Espero veros por ahí, disfrutando de la poesía y la cerveza, si es que hay alguna diferencia entre ambas.

Aquí os dejo el evento de Facebook por si sois de esos que, como yo, tiene la necesidad de ponerlo todo por las redes sociales.

¡Sed felices y nos vemos el martes!

13 febrero 2017

¡He estado en la radio!

¡Hola a todos! Hoy es el día de la radio, y quería aprovechar esta fecha para publicar en mi blog el programa de radio en el que estuve el pasado viernes con mi amigo Víctor Moratalla. 

Fue una experiencia preciosa de la que disfruté muchísimo y que me encantaría repetir. Aquí os dejo el programa, en el que analizamos varias canciones y donde me animo a hacer un truco de magia.



¡Un saludo!