29 diciembre 2015

Se va el 2015


Ha sido un buen año
este 2015.
He publicado un libro,
he aprobado Estadística II,
he ido al FIB,
he hecho una plaquette con una amiga en la distancia,
he tenido dos nuevos parasiempres,
he escrito más de cuarenta veces en este blog,
he visto la nueva peli de Star Wars,
he trabajado en verano,
he empezado el último curso de la carrera
y el Trabajo de Fin de Grado,
he ido a conciertos,
he ido a jams y recitales de poesía,
he ido a presentaciones de libros,
he aprendido magia,
he vuelto a creer en ella (en la magia),
he viajado de noche,
he participado en varios crowdfundings,
he llorado,
he reído,
he probado muchas cervezas distintas,
he compartido muchas cervezas con muchas amigas y amigos,
he paseado solo de madrugada por el monte,
he visto amaneceres preciosos por la compañía,
he escrito algunos poemas (pero no los suficientes),
he leído más de treinta libros,
me han entrevistado,
he escrito canciones,
he ido muchas veces a mis dos bares favoritos,
he ido por primera vez a uno ellos,
he conocido a mucha gente y a muchos puedo llamarles amigas y amigos,
he dado un primer beso,
he tenido un primo nuevo,
una alcaldesa nueva,
he votado para ser ingobernables,
he pasado tiempo con mi familia,
he pasado vida con mis amigxs,
he echado de menos a amigas y amigos que se han ido de Madrid,
he cumplido 23 años,
he recordado tiempos pasados,
he visto muchas pelis,
me he enamorado,
he hecho llorar,
he hecho reír,
he vivido
rodeado de versos
(y pienso seguir haciéndolo en 2016).

(Foto de Raquel Velilla)

22 diciembre 2015

Cómo salir colocado de la consulta del oftalmólogo

Escribo esto con el colocón encima, todavía. Menuda pasada, todo brilla. ¿Por qué?

Todo empezó esta tarde, cuando acudí, como cada año, a la consulta que tengo con el oftalmólogo para mirarme la vista (eso es un poco redundante, ¿no?) Después de hacerme la típica prueba de decirle a la doctora las letras que ponía en la pantallita (bastante bien, por cierto), me llega y me dice que me ha aumentado la miopía. O eso, o que llevo toda la puta hora que me ha tenido esperando en la sala de espera mirando el móvil, y eso me ha cansado los ojos o nosequé. En fin, le digo, que de 13 a 14 dioptrías, tampoco pasa nada, si de lo de estar ciego ya estoy acostumbrado.

Y aquí viene lo bueno: Te vamos a tener que dilatar las pupilas para verte mejor el fondo del ojo. Vale, bien. Ahora tengo las pupilas como si me hubiera drogado con estimulantes. Enormes. Toda la luz del universo penetra en mis ojos hasta llegar a mis neuronas, activándolas, convirtiéndolas en fuentes zen de luminosidad astral en mi cerebro, o algo parecido.

Al final, nada, que sigo con mis 13 dioptrías, el aumento era culpa del móvil. No uses el WhatsApp en la consulta la próxima vez. Pues ok, no me hagáis esperar.

Salgo a la calle. Diciembre a las ocho de la noche. Noche cerrada en Madrid. Coches, muchos. Farolas, muchas. Luces. Luces enormes por todas partes. ENORMES.  Luces que se mueven de dos en dos. Luces que... Espera, la Luna. La puta luna, joder, qué puto dolor. Atraviesa. Es que los coches tienen luces como amarillentas, pero la luna es de un blanco punzante. No mires, Quike. Pero no puedes parar de mirar a la luna. 

De pronto notas un millón de colores rojizos que se mueven, estás como superido (muy ido, super) pero no, es una ambulancia. No entiendo por qué las ambulancias van con las jodidas luces encendidas y no llevan la sirena acústica. Bueno, pues con las luces de la ambulancia (rojas, amarillas, naranjas, inmensas, multidireccionales, alucinógenas) se me va la vida. Me quedo a oscuras durante unos segundos y me cuesta volver a la realidad. Poco a poco vuelvo a ver. La luna me sigue cegando, así que intento no mirarla. Las luces de los coches que pasan siguen dejándome loco. Un intermitente. UN JODIDO INTERMITENTE. Qué locura, qué maravilla, qué fascinante. Alucino pepinillos luminosos.

Miro el móvil, pero no veo una puta mierda. No sé qué hora es. Miro el reloj, como si pudiera ver una cosa pero no la otra. Claro, el reloj lo veo igual de mal. Serán las ocho y pico.

Llego a casa. No enciendo las luces. Todo está bien a oscuras. Me tumbo en la cama y saco el móvil, pero no, no veo una mierda. A ver si escribo, me digo. Enciendo el portátil y pongo la luminosidad al mínimo. Empiezo a escribir.

14 diciembre 2015

#Twitverso, llenemos Twitter de rimas el 21 de diciembre

A varios amigos twitteros se nos ha ocurrido esta bonita iniciativa: #Twitverso. ¿En qué consiste? Muy sencillo, el próximo día 21 de diciembre os animamos a todos a escribir en Twitter usando rimas y con el hashtag #Twitverso. Así, Twitter estará más animado y ¡será divertido ver a todo el mundo convertido en poeta! Estaremos siguiendo el hilo yo mismo (@QuikeDB), @SrtaPasion, @KilFer y @soulchainer, por si tenéis alguna duda. ¡Os animamos a que os unáis a esta preciosa y poética idea y a que la compartáis con todos vuestros seguidores! ¡Hagamos de Twitter por un día un lugar con los versos mejores!

Os dejo aquí debajo la imagen que ha diseñado @KilFer para ilustrar la iniciativa.


12 diciembre 2015

Feliz doce de diciembre

Hoy es doce de diciembre, la fecha clave de mi primera (y de momento única) novela. La publiqué el 12 de diciembre de 2009. Han pasado ya seis años desde entonces y sigo creyendo en la literatura. 

La novela, titulada Doce de diciembre, cuenta la historia de un joven, Luis, que tiene que salvar a la humanidad; nada raro. Sin embargo sí que es raro el punto de vista desde el que se narra la historia. Nos encontramos con una antigua profecía, con una sociedad secreta, un viaje al pasado donde se forjó el destino de la humanidad... No sé, lo cierto es que se me fue un poco de las manos, pero recuerdo la novela con cariño, haber estado dos años escribiéndola, viviendo en ese lado de la historia, desde dentro. Creo que incluso tuve pesadillas ambientadas en escenas del libro. Sí, es una novela de terror, más o menos. Tiene una ambientación oscura, casi gótica. 

Me costó mucho escribirla, pero el resultado valió la pena. No quiero venderos el libro, sino contaros qué pienso sobre la experiencia de haberlo escrito, cuando ya han pasado seis años desde que lo publiqué. Mirad, empecé a escribirla por necesidad y acabé creando ese mundo paralelo donde estaba tan a gusto que necesitaba seguir ahí dentro, evadirme, crear. Aprendí más de los personajes de mi libro que de muchas personas que había a mi alrededor en esas fechas. Y crecí, escribir me hizo madurar. 

No sé cómo lo hice, pero a medida que la novela iba avanzando todo se complicaba, cada vez había más hilos abiertos, más dificultades para concluir la historia. Y, sin embargo, al final todo cobró sentido, conseguí unir todas las piezas del puzle y tener, por fin, algo completo, una historia repleta de historias, un trabajo que era, para mí, perfecto. Ahora no creo que sea una buena novela, si la escribiera ahora saldría una cosa muy diferente, pero las circunstancias me hicieron escribir lo que es el libro, que es de alguna manera una parte de mí. Me siento orgulloso del trabajo que hice. Creo que logré completar una historia con coherencia y con buen resultado. 

A veces viene bien recordar el pasado y ver que la vida, por muchas vueltas que da, tiene una dirección. La mía siempre estará orientada a crear, a creer, a sentir, ya sea a través de la literatura (novela, poesía o lo que sea), la música o lo que venga en el futuro.

Feliz doce de diciembre.

06 diciembre 2015

Calles y parques

Éramos las calles por las que paseábamos,
los parques donde se nos hacía de noche la noche y a oscuras,
las farolas que nos miraban a modo de estrellas,
mis labios cuando se estrellaban contra los tuyos,
tus ojos,
tu forma de mirarme;
eras esas ojeras y yo era las hojas de los árboles,
marearme al verte
entre tanto verde.
Éramos el blanco y el negro,
éramos iguales.
Pero ahora los parques solos lloran a las calles tristes:
no hay blanco ni negro,
todo es gris.

02 diciembre 2015

Sueños, música y libros

Hacía tiempo que no grababa ninguna canción y esta tarde ha sido el momento perfecto para volver a hacerlo. Sí, tengo que estudiar y que hacer un montón de trabajos, pero ya sabéis que es en estos momentos cuanto tengo más creatividad y ganas de hacer cosas. Así que he encendido el ordenador y he grabado esta canción, Sueños, así, como saliera. No tiene mucho curro, guitarra y voz medio improvisando. La letra la escribí el mes pasado. La podéis leer en mi Instagram. Y escucharla aquí:



Por si alguien quiere descargársela, es gratis. Y si no os gusta, decidlo. Me encanta que me digan lo mal que canto. Pero creo que estoy mejorando. En serio.

Por otro lado, hoy me han hecho una entrevista como "poeta" y ha sido maravilloso poder hablar de poesía y responder preguntas tan jodidas como qué es la poesía para mí. Yo, que no soy nadie. Pero me ha hecho ilusión, mucha. 

Más cosas: Ya he recibido el disco de Lucía Scansetti, Dimensions of dialogue. Participé en el crowdfunding que hizo para poder financiar la producción y ya tengo el disco en casa. Qué maravilla. Ya sabéis lo que me gusta a mí participar en este tipo de proyectos, ayudar a los artistas, hacer entre todos que tener un disco, un libro o lo que sea, sea posible.


También os cuento, porque me da la gana, que me he comprado la segunda parte de Electro, Aura, de Javier Ruescas y Manu Carbajo. Lo empezaré esta misma noche, así voy alternando entre novela y poesía.



Voy a seguir con los trabajos. La semana que viene empiezo los exámenes. Sobreviviré, ya lo he hecho otras veces.

¡Un abrazo!