30 agosto 2013

Tengo

tengo más de cien libros en mis estanterías
y más de una veintena de discos de los grupos más extraños
tengo una guitarra acústica
y tres guitarras eléctricas
un violín
un ukelele
un teclado
una armónica
un kazoo
unas viejas baquetas
tengo un oscar de mentira que dice "al más cachas"
tengo una vieja máquina de escribir
y una de fotos más vieja aún
tengo una pluma con mi nombre grabado
y una bici a la que he querido más que a cualquier mujer
tengo entradas de conciertos firmadas
tengo un diario secreto en el que no escribo desde hace años
tengo recuerdos que se me olvidan
y fotos de mil noches de borracheras
por muy raro que sea, tengo una colección de latas de bebidas energéticas
y una caja de la felicidad instantánea
tengo diplomas que me concedieron por varios cursos
tengo púas de guitarra de sobra
y cuerdas de repuesto
tengo más amigos de los que me merezco
y más amigas de las que nunca hubiera imaginado tener
una familia que, en el fondo, me quiere demasiado
una cama donde dormir -solo-
y muchos sueños de dormir acompañado
tengo el guitar hero para la play
música en las venas
y poesía en cada una de mis células
tengo un poema para cada chica
y cien mil millones para ti
pero todo eso que tengo no me sirve de nada
si no te tengo a mi lado.

Enrique Suanzes (Quike D-B)

27 agosto 2013

Veganissimo, tu dieta vegetariana en la palma de tu mano


¡Hola! Hoy no os traigo ningún poema ni ninguna canción ni nada por el estilo. Hoy quiero hablaros de Vegaffinity, una app para Android (y iOS) que me he descargado esta mañana y que es la mar de interesante.

Resulta que he decidido que, a partir de septiembre, voy a empezar a hacer ejercicio a diario y a comer bien. Y es que me he dado cuenta de que abuso de la comida basura; que durante el curso, por la uni y tal, no hay semana en la que no coma una o dos veces en un McDonald's o un Burger King. Y Veganissimo me va a ayudar a evitarlo.

Se trata de una app para vegetarianos o veganos, en teoría, pero yo no soy ninguna de las dos cosas y creo que de todas formas me va a venir muy bien. Tiene una calculadora nutricional que te ayuda a saber cuántas calorías comes al día, la cantidad de nutrientes que adquieres en las comidas, las vitaminas y minerales... Eso está guay, porque además, lo hace aplicando una fórmula según tu sexo, peso, edad y estatura. Parece bastante preciso. Solo tienes que añadir lo que has comido a lo largo del día y ya está. O añadirlo sobre la marcha. Y tiene gráficas para ver cómo va variando tu dieta. Lo malo (en mi caso) es que no puedes añadir carnes a ese cálculo (porque claro, es para gente que no come carne). Siempre me puedo hacer una idea buscando en Google, o dejar de comer carne tan a menudo. Que he dicho que quiero comer sano.

Eso por una parte. Porque tiene más. Por ejemplo, un montón de recetas de comida vegetariana y vegana que tengo muchas ganas de probar. Ya sabéis (si me leéis desde hace tiempo) que a veces cocino.

Por si fuera poco, la app tiene un foro donde la comunidad comparte sus cosas vegetarianas y veganas. La verdad es que no lo he mirado mucho, pero seguro que es interesante echar un vistazo a ver de qué habla la gente.

Además, tiene una cosa muy guay: un localizador de restaurantes vegetarianos/veganos y tiendas donde comprar comida especial para vegetarianos. Con Google Maps te encuentra los que estén cerca de donde estés. Y la gente de la comunidad puede comentar y votar por sus sitios favoritos. De momento no hay mucha cosa porque la app es bastante nueva, por lo que parece, pero la comunidad irá creciendo cada vez más y más.

Y, además, están preparando una versión web.

Tienen Facebook y Twitter, por si queréis seguirles, y podéis descargar la app desde Google Play o en App Store. Claro, es gratis. Y sin publicidad. Y la ha creado Jesús Cerezuela. Gracias, tío, eres un crack.

Os dejo un vídeo de un kit para vegetarianos que venden.


¿Qué? ¿Os mola? ¿Me lee algún vegano o algún vegetariano al que le haya interesado? ¿Me lee alguien? ¡Comentad!

¡Un saludo!

26 agosto 2013

Nuestra noche (canción)

¡Hola otro día más! Hoy no traigo un poema, pero sí una canción que he compuesto esta mañana. Está grabada en acústico y con el móvil, no os esperéis gran cosa. Y os dejo la letra debajo.



Nuestra noche - Quike D-B

Hoy me pongo a recordar la noche en que te conocí, amor.
No, no pude reaccionar pensando en tus labios, tu risa y tu voz.
Soy siervo de tu voluntad desde el primer momento en que te oí hablar.
Voy contigo a cualquier lugar, adonde me quieras llevar te sigo.

No pude evitarlo,
me has atrapado,
quédate, quédate
a mi lado...

Fue una noche genial,
bailamos sin parar,
no me he arrepentido
ni lo haré jamás
de haber querido besar
tus labios dulces, míos,
aunque no me haya atrevido,
lo volveré a intentar.

¿Ves? Hemos empezado a hablar un poco por el Whatsapp y eso esta genial.
Fue toda una casualidad pero ¿y si nos gustamos los dos?
Es esta una oportunidad que no voy a dejar escapar.
Ven conmigo una noche más, vamos al fin del mundo.

No voy a evitarlo,
estar a tu lado
es lo mejor que
me ha pasado.

Fue una noche genial,
bailamos sin parar,
no me he arrepentido
ni lo haré jamás
de haber querido besar
tus labios dulces, míos,
aunque no me haya atrevido,
lo volveré a intentar.

Fue nuestra noche...

Fue una noche genial,
bailamos sin parar,
no me he arrepentido
ni lo haré jamás
de haber querido besar
tus labios dulces, míos,
aunque no me haya atrevido,
lo volveré a intentar.

Fue una noche genial,
bailamos sin parar,
no me he arrepentido
ni lo haré jamás
de haber querido besar
tus labios dulces, míos,
aunque no me haya atrevido,
lo volveré a intentar.


¿Qué? ¿Os mola? ¿Es una basura? ¿Queréis matarme por dañar vuestros oídos? ¡Sed sinceros en los comentarios! ¡Un saludo!

23 agosto 2013

Poesía com[partida]

Se ha hecho tarde para decírtelo
pero no quiero que te quedes
sin saberlo.

Cuando empezó todo las historias eran poemas
que se me quedaban cortos.
Tú escribías hacia dentro
y entre nosotros se quedaban las miradas
y los azulejos.

Luego empezaron las vueltas a casa
y casi parecía que, coño,
esto estaba funcionando.
Era como si la poesía fuera un camino
lleno de letras que actuaban como flores.
Jugábamos con las palabras
y yo no dejaba de darme hostias contra tus cristales.
Y me daba lo mismo,
porque podía verte detrás de ellos.

No sé cómo pudo irse todo a tomar por culo.

La cosa tuvo su gracia y duró lo suyo
y aprendí a valorar las palabras
y a leer entre líneas de versos en prosa
y camas vacías.
Que no todas las sábanas
tienen que ver con la sexualidad.
Que hasta los poemas más surrealistas guardan un sentido
que tiene que ver con el arte.

Y nos hartamos de arte,
de tanto acompañarte parecía que sabía
cuando en realidad no tenía ni puta idea
(y sigo sin tenerla).
Tenía las gafas llenas de mierda
y el corazón lleno de sueños.

Quiero hablarte de todo lo bonito que habíamos creado juntos sin saberlo,
que yo no regalo mis púas de guitarra a cualquiera.
Da igual, vas a leer esto y vas a pensar "¿Qué cojones?".
No hace falta ni que respondas.
No es por ti.
Es por mí.

Tú vales mucho más que estos versos
y yo ya me estoy buscando la vida
para escribirlos con los ojos cerrados
y el corazón abierto.
Como las heridas.
Porque hablamos de heridas abiertas
y piernas cerradas
y cigarrillos
que nunca más se van a fumar.
(Tú lo sabes mejor que nadie, que has pasado al siguiente nivel).

Y todo esto en realidad no sirve para nada
porque no hace falta que sirva;
el arte no tiene función,
sólo motivación.
Un poco más o menos como yo,
que no sirvo para nada
pero aspiro a bañarme en estos versos de tinta
con la que no te pintabas los ojos
y que no te hacía falta para estar guapa.

Sucedió todo tan rápido que no me di cuenta de que ya era verano
y ya hablamos del verano pasado
y aquí sigo con cara de tonto
sin haber cambiado nada.

Podrá parecer que esto es una historia real
pero tú y yo sabemos que sólo es un sueño.
Porque soñamos demasiado cerca.

Enrique Suanzes (Quike D-B)

21 agosto 2013

Verano 2013

Tuve tanta suerte de poder compartir el verano con vosotros
que aún no me lo estoy creyendo.
Y mirad que hicimos el idiota.
Y no pasaba nada.

Desde que entramos en el coche
yo ya la estaba cagando
y la culpa será mía, como siempre,
por mucho que se la eche al Google Maps.
Que íbamos a toda velocidad
por la autopista
y de casualidad nos adelanta un Polo gris
a ciento cincuenta
cargado de chicas.
Perseguirlas fue toda una aventura.
Llevaban el mismo camino,
pero fue culpa mía que nos metiéramos por la autopista de peaje
y perderlas
joder
que lo genial que habría estado conocerlas no puedo ni imaginarlo.

Y Carlos durmiendo y haciéndole fotos.

Que llegamos y nos dan un apartamento más grande que lo que habíais alquilado
y qué cojones
el viaje acababa de empezar y parecía que no hay nada mejor que vivir con vosotros.

Nos alimentábamos a base de pasta,
íbamos a la playa,
bebíamos en la terraza
jugando al simio con Jero y sus amigos.
Y sus amigas.

Aunque nosotros ya teníamos.

Bueno, vino la rubia un poco más tarde
pero a ella todo se le perdona.
Y Sara, que estaba al lado, no pudo evitar venirse.

No recuerdo el orden de las cosas.
Diez días a vuestro lado acostumbra tanto
que parece mucho más tiempo.

Sé que una de las noches iba tan borracho que me subía por las paredes
y os contaba mis fracasos amorosos
pero eso no lo sabía
y no llegué a saberlo hasta que me lo contásteis.

Estuvo el día de la guerra de barro en la playa
cuando Ana y Sara fueron sorprendidas por un buzo
en el fondo del mar
como vinieron al mundo.
Y jugar al voley.

Y las patatas que nos hizo Sara,
que es una gran cocinera,
y alimentarse también de alitas de pollo.
Y alimentar al gato que había abajo,
eso solo puede vivirse, y no contarse.

Fue mi cumple -y sabéis que no me gustan-
pero fue genial lo de la fiesta del agua.
Y la de cervezas que tomamos
y Rafa borracho dando un paseo solo
y yo mezclando dos rones con cerveza y coca-cola.
Tomar chupitos en el pueblo
y tanto alcohol no puede ser bueno.

Era tan sencilla nuestra convivencia que daba igual andar en calzoncillos
por el apartamento.

Y Fer haciendo de chófer.
Y Barcelona y el arroz negro de cena,
que cómo nos pusimos.
Fer tomó unas croquetas.
Volvimos de noche y todos nuestros móviles estaban sin batería.
Malditas carreteras, a oscuras,
todo lleno de obras,
que Rafa no veía bien
y nos acojonamos un poco.

Y Valencia,
la Ciudad de las Artes y las Ciencias,
los monumentos,
tomar algo guarro por la calle a media mañana,
ver a Ana Mari y tomar una fideuá
y dos jarras de sangría.

Que hubo de todo y me dejo mil cosas.
Las fotos en la playa con Sara y Ana.
La cerveza en el pueblo con el grupo de Jero y el de Suu,
y yo rodeado de chicas.
Y el billar.
Y el Arenal Sound, por fuera.
Y recitaros poemas.
Y tocar la guitarra
y cantar la canción del sapo y el mono violador.
Y McBready y la carta que le mandó a Ningüi.
Y montones de fotos y recuerdos.
Rafa, Fer, Carlos, Ana, Sara.
Y toda la gente de alrededor.
Gracias.

Quike D-B

15 agosto 2013

316 km de magia

¿Cómo íbamos a imaginar que la magia aparecería tan de repente
sin avisarnos?
¿Cómo íbamos a pensar que era tan fácil abrirse el alma
y compartir la esencia?
No hacía falta más que dos mentes libres,
dos corazones dispuestos
y una conversación de WhatsApp.

Y las casualidades.

No sé cómo explicarte en este poema lo que sentía anoche
cuando estábamos acostados
juntos
pero a 316 km de distancia.
No sé cómo decirte que nunca había tenido tanto miedo
ni me había emocionado tanto
al mismo tiempo
como ayer a medida que avanzaba la noche.

Aprovechamos para jugar con el destino
y él quiso devolvernos la jugada.
¿Sabes? Tengo el presentimiento de que va a volver a hacerlo.
Agárrate, esto puede ser solo el principio
de una batalla entre nosotros y el destino.
A ver quién acaba ganando.
Puede que esto sea un juego,
pero es un juego al que quiero jugar
y apostarlo todo a una carta.

Por las casualidades inversas.

No lo sabíamos, joder, pero nos echábamos de menos
desde hacía demasiado tiempo.
Aunque nunca nos hayamos visto
queremos volver a mirarnos a los ojos.
Y quizás nuestras almas quieran volver a estar juntas
en un abrazo
con doble dosis de dulzura.

A lo mejor hasta las tres y media de la mañana no tuvimos suficiente
para compartir sentimientos
pero ya no hacía falta decirnos más.
Ya nos conocíamos lo suficiente,
poco a poco
y con el rock de fondo.
Sonando, siempre sonando.
¿Tú también lo escuchabas?

Que es una gran casualidad lo de nuestras familias
-tan iguales pero al revés-
y que imagina que nos acabamos casando
-qué locura, eso no va a pasar
pero nunca se sabe-
y que tus pelis de Marvel
y tu literatura
y mis poemas.
Tonterías.
Que tu acento andaluz y el mío madrileño
y que te vengas a Madrid a algún concierto
y tu bufanda de punto de cruz
y lo buena que eres
y que en realidad nada de eso
cabe dentro de este poema.

Y lo genial que sería que me hicieras una tarta
y que sintieras con tu capacidad todo lo que haya que sentir
y hacerte fotos.
Y jugar al juego de que las casualidades no existen
y que todo pasa por algo.
Y que sigamos siendo sinceros
y veamos las pelis de Harry Potter todas seguidas
y saber que eso puede valer más que lo que ningún cineasta haya pensado jamás.

En el juego de las casualidades
nuestras almas se han encontrado.
Y nuestra esencia se ha unido
al decirla a la vez en un WhatsApp
sin quererlo.
Yo no sé cómo lo has hecho
pero me has ganado.
Y quiero que vuelvas a hacerlo.

Enrique Suanzes (Quike D-B)

12 agosto 2013

Porque sí

Pisamos el acelerador de la vida sin saber que tenemos puesta la marcha atrás
y nos alejamos, sin saberlo, entre sueños y pesadillas, de nuestro final feliz.
Vamos a chocarnos por detrás y vamos a rompernos las costillas
por una causa que siempre estuvo perdida.
Vamos a morir sin mirar,
con los ojos tapados
y agarrados de la mano.

Nos miramos y solo vemos la furia de la avaricia y la ira de la codicia
en los ojos de otros.
Y nos pudrimos por dentro creyendo que estamos limpios,
que esta enfermedad de mierda solo afecta a los de arriba.
Estamos tan equivocados
que debería darnos vergüenza
tener vergüenza
de nuestra desnudez
cuando nuestros cuerpos son la más pura belleza,
sobre todo el tuyo.

Saltemos todos juntos y hagamos que el mundo tiemble.
Hagamos el amor hasta que la guerra quiera unirse.

Lloramos. Lloramos a diario mirando las noticias en la tele
y viendo lo crueles que podemos llegar a ser.
Lloramos por gilipolleces que no vienen a cuento
y no tenemos nunca en cuenta lo importante porque estamos obcecados por nuestro egoísmo.

A veces nos hacemos los rebeldes y gritamos en contra de las injusticias
cuando nosotros somos tan injustos que robamos las lágrimas de los que no pueden llorar.
Gritamos en contra de una corrupción en la que nos hemos metido todos sin quererlo
y nos duele tanto admitir que somos tanta parte de esto
como los que nos han echado de casa
que luchamos contra ellos a pedradas de poesía.

Dejémonos de tonterías y hagamos las cosas bien.
No les demos de su propia medicina: dejemos que se mueran enfermos.

Se nos quitan las ganas de seguir en este tren que va marcha atrás
y queremos que alguien lo pare para bajarnos.
Es mejor ir andando despacio y hacia delante
que dejarnos llevar hasta la muerte por un tren que sabemos que va a descarrilar.
No cumpliremos los sueños
pero nos evitaremos vivir nuestras pesadillas.

Por el llanto de un niño
al que su madre deshauciada no puede alimentar.
Por el trabajo de un joven
que no puede pagarse los estudios.
Por las deudas que debe un emprendedor
al que la crisis le ha robado la empresa.
Por vosotros.
Por nosotros.
Por todos.

Porque sí.

Acabemos con esto.

Quike D-B

09 agosto 2013

Princesas

Ando desamparado
entre ruinas de castigos
y botellones
y castillos de cartas que se han derrumbado mil veces
sobre la tumba de mis sentimientos.
Y como están muertos y sepultados
ya les da igual que juegues
con ellos,
contra ellos,
pero siempre doliendo.
Ya les da igual sentir el fin del mundo en los labios.

Hubo un tiempo en el que soñé con princesas
y ahora, de tanto que me lo habéis dicho,
las he matado a todas
por ser unas putas.
¿Se lo merecen?
Llevan los labios pintados en una sonrisa pícara
y sólo quieren hacerse las duras
para que las abras de piernas.
El amor ha muerto, pisoteado por sus tacones.

Entonces aguanto la respiración
y me sumerjo en el Red Label,
whisky, güisqui, indefinido,
y me ahogo de pena y solo,
que es la peor manera de ahogarse,
sin nadie que pueda rescatarte.
Y siento que se os desgarra el pecho
de tanto escote que lleváis
y que floto muerto sobre aguas de relámpagos en tormentas de amor de verano.

Se ha acabado la botella
y no he empezado a quererte,
princesa.

Las borracheras pasan una a una
por el calendario
y las princesas siguen escondidas en la torre del castillo.
Ellas jugan a las cartas
y hacen el mono,
y bailan bajo el agua,
que eso se les da muy bien.
Pero siempre escondidas.
Tienen miedo a extraviar la simpleza de existir.

Las princesas están escondidas bajo vuestro maquillaje
y vuestros vestidos,
ocultas detrás de cada una de vuestras conquistas,
soltando lágrimas de pena
y de dolor de pies a las seis y media de la mañana.
Y las ahogáis bebiendo vuestro ginebra barato
sin saber que ellas beben amaneceres,
estrellas fugaces,
abrazos bajo la luna
y poemas a flor de piel.

Porque vale que el amor ha muerto
pero no podéis matar a las princesas
porque ya las he matado yo.
Ya no quedan princesas,
solo quedan vívoras
y brujas.

No me mires así, princesa,
que no tengo ganas de ti
ni de tu veneno de verano.

Tanto alcohol os está nublando la mente
y no es fácil decirlo sin que os molestéis
porque no quiero llamaros "guarras"
pero sois a veces tan putas que no podéis ni soportarlo.
Ya no es por mí, que tengo la soledad tatuada en la piel,
sino por vosotras, que luego lloráis porque os sentís sola sin vuestro príncipe azul.

Princesa,
esto se ha acabado.

Enrique Suanzes

06 agosto 2013

Veintiuno

Me hago viejo. Llego a los veintiún años y sigo igual que siempre, tal y como cuando cumplí los veinte, y como cumplí los diecinueve, y los dieciocho... Estoy igual. Aunque con más barba, más vagabundo y pordiosero.
Cumplí los veintiuno de viaje. Ayer viajé con mis amigos a Barcelona y por la noche, volviendo de viaje, se hicieron las 12 y me cantaron el cumpleaños feliz.
No me gusta cumplir años. No me gusta el día de mi cumpleaños. Que me llamen por teléfono y me whatsappeen. No me mola ser el centro de atención, ni que me canten el cumpleaños feliz, ni soplar las velas de una tarta.
Jo, parecerá que estoy amargado, pero no.