Me hago viejo. Llego a los veintiún años y sigo igual que siempre, tal y como cuando cumplí los veinte, y como cumplí los diecinueve, y los dieciocho... Estoy igual. Aunque con más barba, más vagabundo y pordiosero.
Cumplí los veintiuno de viaje. Ayer viajé con mis amigos a Barcelona y por la noche, volviendo de viaje, se hicieron las 12 y me cantaron el cumpleaños feliz.
No me gusta cumplir años. No me gusta el día de mi cumpleaños. Que me llamen por teléfono y me whatsappeen. No me mola ser el centro de atención, ni que me canten el cumpleaños feliz, ni soplar las velas de una tarta.
Jo, parecerá que estoy amargado, pero no.
06 agosto 2013
Veintiuno
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