16 julio 2013

Diario de un fiber (1)

Ayer llegamos a Benicasim. Esto está plagado de ingleses y de inglesas. No se puede andar por la calle sin ver ingleses (e inglesas) por todas partes. En realidad, más que curioso, es maravilloso. Hay muchas más pelirrojas de lo que me esperaba. Es difícil escuchar que se hable español entre los grupos de gente. Normal, todo el mundo sabe que el porcentaje de asistentes extranjeros al festival es de más del 60%. Y puede que este año supere el 70%.

Conseguimos nuestras pulseras tras una larga caminata hasta la zona del festival, más allá del pueblo, al otro lado de la autopista. Este año las pulseras de cuatro días son de color rosa, así que ya llevo dos pulseras del FIB rosa en mi muñeca. ¿No había más colores entre los que elegir?

Cenamos unas pizzas y nos tomamos una cerveza antes de salir hacia el pueblo para ver el ambiente pre-FIB que había (pues aún quedan unos días -hasta el jueves- para que empiece el festival).

Los bares de la calle principal estaban abiertos y llenos de extranjeros, pero solo los bares típicos de terracita. Los bares de copas estaban todos cerrados. Normal, era lunes. Anduvimos hasta el Harlem, la discoteca más "importante" de Benicasim. Nos cruzábamos por el camino con numerosos grupos de inglesas que volvían de la discoteca. Quizás las dos era ya una hora demasiado tardía para ellas. Pero no, es que no les gustaba mucho el Harlem a algunas, por lo que nos enteramos. Nos preguntaban si había más sitios de fiesta por el pueblo. No había mucho, la verdad.

Llegamos al Harlem y aprovechamos la entrada libre. Es una discoteca con una parte al aire libre y otra bajo techo. Dentro estaba llenísima, era difícil hasta andar sin perderte de tus amigos. Fuera, en cambio, se estaba genial. Hicimos un poco de tiempo allí, pero no terminó de convencernos.

De vuelta a casa aprovechamos para pasar por el paseo marítimo, pensando que habría algo de ambiente, pero nada más lejos de la realidad. No había ni un alma.

Volvimos a casa y jugamos un poker. Luego nos acostamos pensando que al día siguiente (o sea, hoy) sería mejor. Estábamos cansados después del viaje y las prisas. Hoy iremos a la playa.

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