29 diciembre 2014

Adiós, 2014, adiós

Otro año se va
y yo sigo esperando.
Otro año viene,
y, joder, que lo haga contigo.
Que te traiga a cuestas,
que yo me encargaré de curarte los arañazos
a base de besos.

¿Qué ha pasado en este 2014 que nos deja? 
¿Qué nos deja este 2014 que ha pasado?

Estudios: estaban pendiendo de un hilo tan fino que cortaba el cuello, pero conseguí seguir adelante. Pasé de segundo a tercero, y ahí vamos, aunque todo pinta mejor, con más colores, más hippie y psicodélico.

Poesía: ha sido un año completo. He conocido a mucha gente maravillosa que vive versos para vivirnos a los demás. Y he escrito más y seguiré haciéndolo. Lo que cabe en tus pequeñas manos ha sido un trocito pequeño. Uni-versos está aquí al lado, casi que ya puedo oírlo mientras pisa planetas y arrasa estrellas a su paso. Aquí tenéis sólo unos pocos de los libros de poemas que he leído este año. De los demás he ido hablando por aquí o me los he callado. Han sido tantos que sólo asustan a mi bolsillo. Si tengo que elegir tres, me puedo morir. Elijo cinco. Amar la herida, de Carmen Juan; La tumba del marinero, de Luna Miguel; Grecia, de Irene X; VerS.O.S, de Luis Cano; y El cadáver presenta, de Paula Aguirrezabala. Pero también he leído a Blas Martínez, a Diego Ojeda, a Escandar Algeet, a Marwan, a Luis Ramiro, a Marcus Versus, a Carles Campomar, a Carlos Salem, a Elvira Sastre, a César Ulla, a Pedro Andreu, a Juanpa G. Bizarre, a Belice... Que viva la poesía, joder.

Otros libros: Ciudad Oniria me ha parecido un proyecto genial en el que participar. Y si hablamos de lecturas me quedo con Diario de una asexual, un libro que me ha abierto bastante la mente y me ha enseñado hacia dentro; la Autobiografía de un yogui, probablemente la mejor lectura del año (y uno de los libros favoritos del Steve Jobs); Biciosos, de Pedro Bravo, porque hay que ir en bici... Pero he leído mucho más, como una pequeña novelita que leí en verano que se llama Buenos días, tristeza, o Carrie, de Stephen King, que sigue siendo mi escritor favorito. También he leído a Javier Ruescas y su LIVE y no sé, que leer es de lo mejor que se puede hacer.

Música: este año ha venido cargado de conciertos. He ido a ver a Virginia Labuat (dos veces), a Matellán (dos veces también, la segunda con Vikxie), a Los Nastys y The Parrots, a The Liberty, a Capitán Mandarina... Y he ido al FIB 2014, que no ha sido tan espectacular como el del 2013, pero fue guay. The Libertines, por ejemplo, me encantaron. Y por otro lado, he participado en varios crowdfundings, como el del primer disco de Gonzalo Alcina; el de La grieta, de Jero Romero; o el del próximo disco de Virginia Labuat, que aún está activo. Así conseguimos que la música siga adelante. Indielocura, por su parte, ha seguido activo a duras penas, con pequeños (o más dilatados) parones que son necesarios pero que no acaban con él.

Proyectos: este año ha comenzado Filmolocura. Lleva un tiempo parado, pero seguirá a flote. Porque llevar un blog de literatura y otro de música no era suficiente. Pero claro, los estudios son lo primero (y por eso están al principio de esta lista). Este año he escrito el guión de un corto, he empezado una novela llamada B/N y me he aficionado a hacer fotos en blanco y negro.

Lo más importante: no la gente, las personas. Lo más importante son las personas que han estado a mi lado. Son muchas y ellas saben quiénes son. Porque desde enero hasta diciembre han estado aquí o allá pero conmigo. Porque gracias a ellos este año ha sido increíble. No quiero ponerme sensiblero, que eso es muy del Quike del 2009. Pero es que gracias, GRACIAS.

Me dejo cosas, pero es que no puedo recoger un año en un post. Sólo que un año que empezó en el Space Monkey ha ido sobre ruedas. Y que empecé intentando hacerme vegetariano y que casi lo consigo. Puede seguir siendo el reto para el 2015.

Feliz dos mil quince. Felices todos.

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