08 mayo 2013

A veces nos rompemos

Ayer tuve un día de mierda. Así, fácil, como suena. Volví a plantearme lo de dejar la carrera, pero no llegué a ninguna conclusión. Volvieron a ser los demás los que decidieron por mí. Y decidieron que es mejor tener una carrera, aunque tardes seis años en sacártela, que no tener ninguna. Porque, aunque quieras montar tus propias empresas, siempre pueden ir mal, y mejor tener una carrera para que sea más fácil encontrar trabajo por cuenta ajena. En realidad, tienen razón.
Ayer, cuando me acosté con el móvil bajo la almohada, en mitad de la noche escribí este poema:

Rotos

A veces la vida nos da una patada en los huevos
y nos damos cuenta entonces de que somos nuevos
en eso de llevar las riendas.

A veces nos dan ganas de mandarlo todo a tomar por. Por cierto,
no es fácil vivir sin saber qué queremos.
Pero queda la poesía.

Qué facil es quejarse, en eso somos expertos;
nuestra vida es una puta mierda.
Y lo sabemos.
Nos vale con saberlo.

Es verdad que nos suicidamos
cigarro a cigarro
y echamos sonriendo el humo al cielo.
La ironía nos acompaña.

Cuando todo va mal,
cuando estamos hasta el cuello
de trabajo, de movidas, de no querernos,
escribir nos emborracha.

La música también hace su efecto.
Las cuerdas de la guitarra
nos cortan las venas
para manchar de sangre el suelo.

Ya fregaremos luego.

Siempre podremos escondernos
tras la música de algún grupo post-hardcore con nombre suicida.

Siempre podremos acostarnos
con la cabeza bajo la almohada y el corazón en una jaula.

Siempre podremos tatuarnos
las miserias en nuestra frente y mirarnos al espejo.

Siempre podremos arrancarnos
los sueños de cuajo y ser realistas por una vez.

Siempre podremos engañarnos
y creer que nada de esto es culpa nuestra.

Siempre podremos cambiarlo todo.

Quike D-B

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