01 febrero 2018

Mes de escritura: Día 14: Huevo


Huevo

Carmen, bióloga y animalista, trabajaba como investigadora para Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Su trabajo se centraba principalmente en la elaboración de recursos internacionales para la protección de animales en peligro, así como el análisis de la fauna internacional. Por eso, no fue extraño que llegara a sus manos ese gran huevo que estaba protegiendo. Era un huevo grande y pesado, oscuro y bastante duro. Se desconocía de qué ave podía ser. No se identificaba de qué animal era. Así que le encargaron a Carmen que lo incubara y cuidara.
El huevo estaba en la incubadora de la clínica veterinaria. De pronto, empezó a moverse, balanceándose un poco. Carmen, que estaba trabajando en esa misma sala por casualidad, se acercó a la incubadora para mirar cómo nacía el animal. Estaba emocionada, preguntándose qué animal sería. El huevo parecía del tamaño del de una avestruz, pero por el color no podía serlo. Carmen pensaba que se trataría de un emú, un animal de Australia cuyos huevos son de color verde y de un gran tamaño. Pero este no era verde, tiraba al azul oscuro o al negro.
Emocionada, Carmen vio cómo el huevo se empezaba a fracturar, mientras la pequeña criatura que había en el interior hacía esfuerzos para salir. No tardó en romper el huevo por completo. Y ahí estaba. Delante de las narices de Carmen. Una especie totalmente extinta.
Un dragón.

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