Un reciente estudio de la Universidad de Breakbills (Nueva York) demuestra que hoy en día los millennials son más proclives a tener gatos como mascotas cuanto más solos se sienten. El nivel de correlación entre sentir una alta soledad y tener gato es del 100%.
Según las investigaciones del doctor Quentin Coldwater y la doctora Alice Quinn, tener un gato es una clara muestra de ser un millennial que se siente solo. Los jóvenes que en estos tiempos no padecen el síndrome de alta soledad, tienen perro, otra mascota o ninguna. Por el contrario, todos los jóvenes que tienen gato se sienten realmente, absoluta y completamente, solos.
El estudio también ha demostrado que aunque todos los que tienen gato son seres que se sienten solos, no todos los millennials que se sienten solos tienen gato. «El alto grado de relación entre tener gato y sentirse solo no es bidireccional. Todos los que tienen gato se sienten solos, pero no todos los que se sienten solos tienen gato», explica Quinn. «De hecho, tú, que no tienes gato, te sientes muy pero que muy solo», me dice, con cara de suspicacia. Aunque no sabe lo que significa suspicacia.
En cuanto me ha dicho eso, he dejado de hacerles la entrevista y me he largado de Breakbills, porque no puede ser que doctores de una universidad de tal prestigio llamen solo a un periodista sin gato, por muy solo que esté, por muy solo que se sienta. Porque yo no tengo gato.
Así que me he ido de allí, con mi soledad a cuestas, para escribir esta entrevista. Porque estaré solo, pero cumplo con mis obligaciones. Señorita Quinn, usted no merece el título de doctora.
Así que me he ido de allí, con mi soledad a cuestas, para escribir esta entrevista. Porque estaré solo, pero cumplo con mis obligaciones. Señorita Quinn, usted no merece el título de doctora.
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