10 enero 2014

Risas

Cuéntamelo,
dijiste.

Y yo
que no,
que da lo mismo.
Pero a ti no te daba lo mismo y no sé
(no sabemos)
por qué todo es más fácil sin palabras.

Y entonces te dije
que había sido un malentendido,
que las risas no se pueden comprar,
que era como propaganda estúpida y sin fundamento.

Nuestro muérdago nunca escalaría
hasta las estrellas.
Ni hasta el fin del mundo.

Tú y yo ya éramos el infinito
y más allá
sin riesgo a que se convirtiera en caer con estilo.
Cuánto me gustaba esa peli.

Cuánto me gustaba tu pelo.

Y nos fuimos distanciando entre las risas
después de ese cuéntamelo
que se convirtió en un cuento
sin hadas,
sin unicornios,
sólo con finales felices
que subían como el humo vete tú a saber dónde.

Dónde estaban tus sueños.
Y los míos.
Se iban a ahogar bajo las sábanas blancas
en tristes ojos negros
y yo sin afeitarme
y todo eso.

Era todo como esa luz que pasa entre las hojas cuando te sientas
a sentir
debajo de un árbol.

Intermitente.
Entra en mi mente.

Y te conté que había viajado al sur
y al polo norte
y a lugares tan fríos que ni el fuego podía alimentarse.

No te conté lo de las zapatillas de piedra
ni lo de los ojos de seda
ni lo que me dijo esa muñeca de trapo
que no podía estar más sucia porque era de versos.

Tampoco te dije que siempre era un 8,
un triste 8 que se había cansado de tantas curvas.
Que ya no esperaba a las tres en la entrada de tu casa
porque ya no tenía nada que esperar.

Cómo iba a decírtelo si juntos éramos risas
que planeaban sobre las estrellas
y sobre las nubes,
las camisetas,
los poemas,
el agua de la ducha,
el olor de la gente del metro
y todas esas cosas que sólo la poesía puede entender
sin nuestra ayuda.

Daba igual que se torcieran las hamacas
porque nuestras manos no querían estar tumbadas
sobre nuestras tumbas.

Tú pincel
y yo cometa.

Siempre cometiendo atracos
sin ganas de traicionar a nadie
más que a mí mismo.

Yo se me daba muy bien,
los que se me daban mal érais los demás.

Pero eso no te lo dije
para que siguiéramos siendo
risas de estrellas.

Quike D-B

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