31 diciembre 2020

Hasta nunca, 2020. Ven, 2021

2021, sé bueno, por favor.

Otro año que se va. Y qué año. Qué voy a contaros que no sepáis. Este año aparecerá en los libros de historia. El año de la pandemia de principios de siglo. O algo así. Ya lo veréis.

Pero me gusta, como cada año, hacer una vista general del año, mirar atrás y afrontar el año que viene con perspectiva. Creo que está bien hacerlo también este 2020 que nos deja hoy.

Ha sido un año demasiado raro, sí. Y malo. Malísimo para muchos. Horrible. Pero tengo que intentar sacarle cosas buenas. Y las ha tenido. Por lo menos para mí.

Para el 2019 me había planteado varios propósitos y no fui capaz de cumplirlos todos. Sin embargo, algunos de ellos los he cumplido, finalmente, este 2020. Y creo que eso es algo bueno. Más vale tarde que nunca, dicen.

A principios de año, antes de que todo se desmoronase, me enamoré. Y tuve, por primera vez en mi vida, una novia. Duró poco, pero fue bonito mientras duró.

También, como anuncié en este blog, escribí y publiqué una novela, El amor en los tiempos del coronavirus, que hice en un tiempo récord. Y escribí otra en el mes de noviembre (y un poquito de diciembre), que ya veré para cuándo estará corregida. El título podría ser La fuerza del rayo o La noche de su muerte. O cualquier otra cosa. Dos novelas en un año, no está mal. Tengo también, a medias, un libro más o menos de autoayuda, que pretendo sacar en 2021: Cómo ser feliz siendo tuitero. Es guay.

Además, otro de los propósitos que tenía para 2019 he podido cumplirlo este 2020: independizarme. Casualmente me toca escribir esto de vuelta en casa de mis padres y confinado, pues así ha decidido el destino que termine este año, pero puedo decir que me he conseguido independizar y que cuando acabe este confinamiento volveré, Dios mediante, a mi casa.

Algo de lo que me siento orgulloso de este año es que he conseguido mantener mi empleo. No todos tienen la suerte de decirlo. Y es cierto que estuve varios meses en ERTE, sin trabajar, pero también lo es que siento que estoy creciendo profesionalmente, y eso me gusta. Aunque, para qué negarlo, también me aterra.

Este año he leído menos de lo que me habría gustado. También he tocado menos la guitarra. Pero he escrito mucho. He aprendido mucho. He descansado. Me he arriesgado. He tenido cuidado y he cuidado a los míos. He amado de todas las formas que sé. Y he tenido mucho miedo. Pero parece que he conseguido superar el 2020.

Ojalá el 2021 venga con mucho más de lo bueno y mucho menos de lo malo. Y que, con lo aprendido este 2020, sepa trabajar en construir un mundo mejor. Día a día, paso a paso, que vaya acercándome a ser la mejor versión de mí.

Os quiero.

_____

Adiós, 2019. Bienvenido, 2020
Adiós, 2018. Hola, 2019
Hasta nunca, 2017
Adiós, 2016
Se va el 2015
Adiós, 2014, adiós 

20 noviembre 2020

Pensamientos sueltos en este año extrídem

Parece que ya no escribo en el blog más que para hacer promoción de mis proyectos, y eso no puede ser. Así que aprovecho este momento postpizza en el que debería estar escribiendo mi nueva novela (el NaNoWriMo 2020) para perder el tiempo dejándome llevar por las palabras sin tener que basarme en una trama y unos personajes. Una vez más, vuelvo al blog para hablar de mí.

Esta siendo un año muy raro. Ya empezó siendo raro. Resulta que eso de tener novia no era imposible, aunque la experiencia fuera efímera. Aprendí, que es lo importante.

Hoy hace un año empecé a trabajar en el periódico en el que estoy trabajando como Growth Hacker, y como un montón de cosas más. Estoy contento, aunque admito que tal vez trabaje demasiado. No pasa nada si uno saca tiempo para hacer lo que le interesa, como quedar con sus amigos a tomar unas cervezas, escribir o llevar a cabo otros proyectos.

Me he dado cuenta de que me gusta demasiado escribir sobre la muerte, o con temas relacionados con ella. Creo que es algo que se nota en poemarios como Hasta que la muerte nos reúna o En la soledad, el abismo. La novela en la que estoy trabajando también tiene la muerte como punto de partida. Y echando la vista atrás descubro que ya cuando empecé a escribir poesía, con trece o catorce años, escribía sobre la muerte. Otros proyectos de libros que he dejado a medias también hablan sobre la muerte. Reviso un blog que abrí en 2008. Escribía relatos y poemas. La muerte es el punto que tienen en común. Vaya.

No puedo dejar de escribir, y menos mal. No sé, supongo que le pasará a mucha gente. Lo bueno es que, aunque me haga mayor, no dejo este hábito. Porque sí, me doy cuenta de que me hago mayor. Aunque a veces no me apetezca.

Hoy hablando con mi mejor amiga me he percatado de que no me considero adulto en los temas relacionados con la medicina. No sé cómo funciona el sistema público de salud. No sabría ir al médico si lo necesitara. Me ha dicho ella, «Enrique, que tienes casi treinta años», y es verdad. Ha usado el «Enrique» para fastidiar, claro. Y es que tengo casi treinta años y en muchos aspectos no he sabido crecer. Pero voy poco a poco. Cada uno tiene su ritmo.

Me he independizado, y parece que esta vez ya puede ser la definitiva. Ya veremos. Una cosa que no debemos hacer los de nuestra generación es compararnos con la de nuestros padres. Y lo hacemos demasiado. Mi padre con mi edad tenía un buen puesto de trabajo, estaba casado y tenía dos hijos. No sirve de nada que nos comparemos.

Mi padre a mi edad no había escrito libros, grabado discos de música ni publicado ningún documental. Él tenía una vida de adulto ejemplar que termina la carrera, se casa, estudia un máster, trabaja en sitios conocidos, tiene hijos, compra una casa con una hipoteca, etcétera, etcétera, etcétera. En ocasiones le envidio. Otras veces no.

Tenemos que hacer más lo que nos gusta y menos lo que nos imponen. Y tratar de conseguir lo que queremos, aunque no dependa exclusivamente de nosotros. No rendirnos y no perder la esperanza. Seguir trabajando en ello.

Y eso voy a hacer yo mañana escribiendo el doble en el NaNoWriMo, porque me he puesto a escribir aquí y no he puesto ninguna palabra en la novela. Mañana, en vez de 1667 palabras, mínimo 3.333. Es un bonito número.

Buenas noches, y buena suerte, si es que alguien me lee. Si lo haces, igual hasta puedes hacérmelo saber, para que no me sienta tan solo.

28 agosto 2020

El amor en los tiempos del coronavirus, ya a la venta

¡Hola a todos!

Ya está a la venta mi nueva novela, El amor en los tiempos del coronavirus, que escribí entre abril y mayo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia que estamos viviendo.

 
Aquí tenéis la breve sinopsis que lleva en la contraportada:
Laura y Rick se quieren con locura.
Sin embargo, el coronavirus se interpone en su relación para mantenerlos separados.
¿Podrá el amor ser más fuerte que la COVID-19?
Adéntrate en las páginas de esta novela y descubre toda la fuerza del amor en tiempos de pandemia.

Es una historia de amor sin igual que a muchos hará sentirse identificados, estoy convencido.

Está ya a la venta en papel y en formato digital en Amazon.

¡Un abrazo y mucho amor para todos (y nada de coronavirus)!

28 julio 2020

Un ebook para gobernarlos a todos

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. Hoy es un día importante, porque traigo para vosotros un nuevo libro en el que he estado trabajando las últimas... horas: 
 

Cómo hacer un ebook. Un ebook de Quike D-B sobre cómo hacer un ebook.

En este libro digital electrónico magnético cuasiestático helicoidal analizo el término ebook y lo disemino hasta lograr enseñar en diez cómodos pasos cómo hacer un ebook. El ebook que enseña a otros a hacer ebooks es como la máquina que enseña hacer más máquinas a otras máquinas, es el inicio del fin, o tal vez al revés.

Un ebook cargado de teoría y práctica que te enseñará cómo se ha hecho a sí mismo y cómo puedes replicarlo, una revisión literaria no ficticia de Origen en un sueño que no es sueño.

¿Y qué es lo mejor de todo? ¡Que es GRATIS

No dejes pasar esta oportunidad y descarga ya este ebook que te servirá tanto si eres un principiante en el mundo de los ebooks como si eres un ebooker de nivel avanzado.

22 junio 2020

Webinar: Cómo no hacer un webinar

Bienvenido, bienvenida, bienvenide, bienvenidi, bienvenidu al nuevo webinar sobre cómo no hacer un webinar. Aquí tienes cómo no hacer un webinar:

NO HAGAS NADA.

¡Un saludo y gracias por asistir a este webinar!

Puedes descargar la presentación desde este enlace.