En «Suave» nos metemos en la mente del protagonista, que en primera persona nos cuenta su situación: está esperando a que su mujer vuelva a casa. Nos vamos adentrando en sus pensamientos y en sus recuerdos. Recuerda a su hijo, que formaron una familia, que fueron profundamente felices. Pero también recuerda momentos tristes, una soledad inesperada, el dolor de una ausencia.
Un monólogo interior donde hay espacio para el amor, el dolor, la magia. Donde las cosas cobran un nuevo sentido. Una vela, una flor, la luna... todo puede ser diferente.
Esta es mi novela más cortita (son 124 páginas en papel), pero también es la más poética. Porque hay historias que necesitan una cierta forma para ser contadas. Bueno, todas necesitan su forma, y la de ésta es un poco así como poética pero sin pasarse.
No me enrollo más: sabes que quieres leer esta historia y aprender de ti con ella, así que dale una oportunidad. No te defraudará.
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