Nunca antes había publicado un poema dedicado en público. Y aunque dicen que las primeras veces nunca son bonitas, ésta lo es.
Tu voz en una noche fría
(A Virginia Labuat)
Ésta es una noche fría,
de corazón helado
y manos en los bolsillos.
Ésta es una noche de amor lejano,
de enamorarse de una voz.
De estar por una voz
por una vez
atrapado.
Una noche de Night & Day
sonando en bucle.
Una noche de voz extrapolada,
de magia del blues, del swing,
de labios, ojos y espalda.
Si alguna vez la música quiso tener voz
estoy seguro de que eligió la suya.
Hace frío y las palabras
me arden en los oídos desde los auriculares.
El aire huele a esa mirada
tan preciosa que no cabe en ninguna foto.
Próxima estación: Plaza de tus labios.
Correspondencia con: Líneas Magia y Amor (a partes iguales).
Para que luego nos quejemos del transporte público.
Lo que pasa es que falta el calor
de una voz adecuada.
Spotify, el mejor amigo del hombre.
Música contigo en todas partes.
¿A quién le importa el frío?
He aprendido a perderme en una mirada a través de la música.
Este poema nunca será perfecto.
Acompáñese con una cerveza
o un whisky
o un beso.
Igual algo de eso lo mejora un poco.
Yo pensaba que era fácil
hablar de música.
De lo que es tan difícil hablar
es de la perfección hecha canciones.
De luces en forma de acordes.
De curvas de sonrisas en un tono de voz.
De tanto
que no sé por qué me molesto en intentarlo.
Todo puedo resumirlo así:
GRACIAS
(por el calor.)
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