19 septiembre 2014

Las cosas que no son


No sé qué escribir(te), pero tengo que hacerlo, porque si no se me queda todo dentro y qué cantidad de basura puedo llegar a acumular en mi interior. Montañas y montañas de mierda. Un Everest de porquería. Así que escribo, lo echo, lo reciclo. Sin ningún motivo más que el de vaciarme.
Aunque, yo qué sé, no sale nada bueno. Ni malo.
Antenas. Anastasia. Anatomía. Auténtico. Átomo. Ático. Atribuyendo.
Mira, las cosas buenas con las buenas, y las malas a la papelera. Y los trabajos en grupo, lo primero en desecharse. En ser desechado. En ser echado. A la basura. Los trabajos. En grupo. Qué gente.

Un día pensé que me moría y en realidad estaba soñando y es bastante jodido soñar que te mueres porque te despiertas con un acojone de la leche. Y, bueno, no me acuerdo de mucho del sueño. Ni siquiera me acordaba nada más despertarme. Sólo recuerdo que me moría, y qué angustia. Porque no me puedo morir aún. Que sería una putada, porque soy muy de procrastinar. Quiero procrastinar hasta en eso de morirme. Ya me moriré a los 27 a lo Jimi Hendrix. Ayer rememorábamos los 44 años de su muerte. Eh, que es mazo de tiempo, pero seguimos escuchándole. Su Voodoo Child, su Purple Haze. Joder, que siga sonando.

Cultura, cultura. Hablan de cultura empresarial y no tienen ni puta idea de lo que es la cultura. Está mal elegida la palabra, ¿no? O sea, cultura es música, literatura, arte... Y entro en Wikipedia y me acojono por lo que es la cultura. Yo no quería esto. Pero las cosas son. Las que son.

Quiero hablaros de las cosas que no son.
Las cruciteclas. Las caravejas. Los ortinontes. Los suplocanos.

Una crucitecla es un árbol sin hojas ni pájaros que no es.

Una caraveja es una sustancia no mágica no venenosa que se utiliza en pueblos nómadas que no son.

Un ortinonte es un adverbio masculino singular que no es, porque se adjetiva a sí mismo, sustantivándose.

Un suplocano es tú vestido de tres noes. Un NO A LA LUZ, un NO A LA OSCURIDAD y un NO A MÍ. 

Tengo que ir a clase. Esto lo he escrito en el descanso, que para eso está. Para descansar.

Ya no estoy cansado de ser cierto.

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